Mi pequeña mariquita Barbie, encerrada en su jaula de castidad durante meses, vuelve a servirme. Patético e inútil para follar de verdad, su pequeño coño resulta ser demasiado apretado incluso para una simple follada en el talón con mis tacones de aguja. Decepcionado pero divertido, decido poner mis tacones altos directamente sobre su jaula y bolas inútiles mientras bebo mi té. Para redimirse, a esta pequeña cosa solo le queda una utilidad: arrodillarse y adorar mis pies vestidos de medias durante mucho tiempo. Ella besa, lame, y huele con total devoción mis pies. Humillación, castidad, tacones altos, pantimedias, adoración intensa de pies.
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