Cindy no puede soportar escuchar a su madre gemir todas las noches, la vuelve loca de celos. Una mañana pilla a su padrastro solo y decide lo que mamá ha estado recibiendo. Ella se burla de él con su falda corta, mostrando su coño afeitado hasta que él no puede resistirse. Ella se deja caer, chupando su polla profundamente, con los labios húmedos y ansiosos, antes de abrirse y rogarlo. La folla duro, sus gemidos llenan la habitación mientras bombea su apretado coño hasta que le dispara la carga por la cara. Cindy finalmente sabe por qué mamá grita todas las noches - y le encanta.
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