Laura abre su puerta cuando su vecino le pide una taza de azúcar e inmediatamente ve su enorme y dura polla. Con una sonrisa traviesa, ella lo invita a que entre. Él pide su ayuda porque no puede correrse después de masturbarse toda la noche, y ella está de acuerdo. Ella se desnuda seductora mientras él acaricia su polla gruesa y palpitante. Luego se inclina para llevárselo a la boca, chupandolo duro y profundo. Pronto se mudan a la habitación para tener sexo apasionado y caliente en todas las posiciones: vaquera inversa, perrito, misionero, y más. Se folla el coño apretado hasta que se corre llenándole la boca y cubriendo su cara, antes de que ella casualmente le toque una taza de azúcar.
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