Cuando alguien te pertenece, puedes usarlo como quieras y cuando quieras. Los ojos de Matt se detuvían mientras se lavaba las manos, su mini falda abrazaba esas curvas deliciosas que lo hacían dolorar de deseo. En ese momento, una idea le llamó la atención. Si cada centímetro de ella fuera suyo para reclamar, ¿por qué no la usa como receptáculo para sus necesidades más básicas? ¡Podría ahorrarse la m.olestia de encontrar un baño! Tenía que probar su teoría. "¿Su apretado coño aguantaría todos mis líquidos?", se preguntó. Antes de que ella pudiera reaccionar, la hundió en el asiento del baño y la inclinó. Con algunas estocadas duras, se hundió dentro de sus profundidades, estirando sus paredes alrededor de su miembro palpitante. Luego dejó suelto su cálido chorro de combustible, llenándola hasta la. Los ojos de Alice se a ampliaron en estado de shock al sentir que el líquido caliente inundaba su interior.
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