Esta no es la primera vez. Me he tocado a escondidas en la oficina. Mirando las piernas de Wakana. Sus pantimedias. Nunca pensé que frotaría sus nylons apestosos contra mi entrepierna. Su pie en mi boca. Por su reacción—no será la última. Wakana se quita los zapatos, y la oficina se llena de la neblina agria del nylon. Fuuka observa, jadeando—abrumada. Hasta que se quiebra. Cae de rodillas y hunde su cara. Su nariz se entierra entre dedos sudados. Debería ser repulsivo. Pero Fuuka se acerca más. Aspirando el hedor como oxígeno puro. Wakana se quita las pantimedias—húmedas, usadas, cargadas de olor. Todo el tiempo el pie de Wakana llena su boca. Lo lame, lo chupa, la saliva empapando los dedos que adora. Fuuka se corre con los pies y las pantimedias. El nylon te pone húmeda y temblorosa. Lo entiendo, pero vamos al grano... Después de ver esto y ponerte tan caliente— ¿Quién será el primero en chuparme los dedos? ¡Prometo no lavarlos para vos! (210922_08)
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